BIENVENIDOS

"No todas las culturas necesitan libros en la misma medida. De hecho, muchas culturas se las han arreglado muy bien sin ellos, principalmente debido a la existencia de una abundante tradición de narrativa oral. Sin embargo, en el mundo moderno y postmoderno la tradición oral se desmorona, y en algunas sociedades este fenómeno sucede con tanta rapidez que una tradición oral que se desvanece no es reeplazada a tiempo por libros, por relatos escritos; como resultado, muchos niños quedan expuestos a crecer sin el cuento. Y, esencialmente, aquello de lo cual no podemos prescindir es el cuento, sin importar si se encuentra escrito o se transmite oralmente."
Jostein Gaarder (Filósofo y novelista noruego)

LEYENDAS II

EL CABALLO DE CARVAJAL
(Canalete)


Cuando en Canalete no había luz eléctrica, las fiestas se hacían en el Barrio Nuevo donde hoy existe una cancha polideportiva.
En una de esas parrandas el señor José Carvajal, un poco trasnochado y ebrio se dirigía a su casa después de haber departido momentos agradables con sus amigos, cuando inesperadamente al desembocar a la Calle 1a. escuchó los pasos de un caballo que venía hacia donde él se encontraba, se paró en frente de la casa Emiliano Charrasquiel y le dijo:
- Hombe Carvajal quieres que te lleve a tu casa
- No... no... yo llego solo. Contestó el borracho
- No seas terco, con esa borrachera llegarás pasado mañana.
- Está bien trae pa’ montarme.
Carvajal subió al caballo y se aferró al jinete que lo conducía hasta su casa, lo invadía cierto miedo, pero sumido en su borrachera no le dio importancia. Al doblar una de las esquinas, a Carvajal le pareció que el caballo no tenía el mismo tamaño que cuando subió, pero siguió su camino junto al enigmático jinete, cuando estaban por llegar a la casa de Carvajal, el jinete le dijo:
- Acuérdate de la deuda que tienes pendiente conmigo.-
Ante estas palabras Carvajal se exaltó y dijo:
- Estás loco yo ni siquiera te conozco y nunca le he debió na’ a nadie.
El jinete que hasta entonces había permanecido de espaldas y con la cabeza cubierta se quitó el sombrero, Carvajal sólo alcanzó a ver con la luz de un relámpago que el jinete no tenía cabeza, fue tanto el susto que Carvajal cayó desmayado frente a su casa, al día siguiente recobró el sentido en su cama y duró tres días sin hablar.


EL ENTIERRO DEL TORO
(Canalete)


Este relato es casi similar al de la historia de la bola de candela. Esta historia dice así:

Cuentan los abuelos que hace mucho tiempo en tierras sabaneras había un entierro, que se decía era del mismito Diablo, resguardado bajo un aterrador guardián nocturno.

Al caer el sol, noche a noche se escuchaba el bramido agitado de un toro enfurecido, tan oscuro como la misma noche, con ojos de fuego que solo podría descansar cuando una persona valiente y sin miedo se enfrentara ante tan imponente guardián, sólo así, ganaría el derecho a serle revelado el lugar del valioso entierro.

Dos foráneos conocedores de encantos, mañas y trucos, llegaron a estas tierras y se vieron intrigados por el llamativo comentario que circulaba de boca en boca por el pueblo con mas temor que ganas.

Llevados por la curiosidad, estos peculiares personajes llenos de coraje y voluntad una noche se aventuraron a descubrir la verdad tras el cuento.

Al llegar al sitio donde se rumoraba que aparecía el toro se quitaron la ropa y se pusieron en cruz, señal a la que acudió la mística figura que ferozmente corrió en su dirección a emboscarlos, al alcanzarlos, salto por encima de los cuerpos en el suelo, mientras se desfiguraba transformándose en “Hombre”, el dueño del entierro, quien comprometido con lo dicho señaló sobre la tierra movida el tesoro enterrado, a la vez que hacia el pedido de que a cambio se hiciese una misa en su nombre.


LA CALAVERA


Cuentan los habitantes de la región de Canalete, que en épocas de cuaresma o en semana santa salía una curiosa calavera en las orillas del rio Canalete, asustando a algunos incautos que por esta época pasaban por las orillas de este río o se bañaban en sus mansas aguas.

Algunas personas decían que era un espíritu, un fantasma, una maldición o un alma en pena que no alcanzó a descansar en paz y deambula por estos lugares sin rumbo fijo.

Otros afirman que ellos la vieron y que ésta a su vez se transformaba en cabeza de vaca, de caballo y de ser humano, haciendo un sonido muy singular como: el bramido de la vaca, el relincho del caballo y las carcajadas de una persona, desplazándose lentamente de orilla a orilla del rio Canalete.

Ricardo Petro, habitante del municipio y quien vivo a las orillas del río, cuenta con voz entrecortada que cuando él era joven salió un viernes santo de su casa a darse un ligero baño en las mansas aguas de esta fuente, estando allí escuchó un sonido muy extraño que se asemejaba al bramido de una vaca; el prestó poca atención pero el sonido se hizo más fuerte y al mirar a la otra orilla del río vio una calavera de vaca que salía de los matorrales y se desplazaba hacia él lentamente, Ricardo Petro sintió mucho temor de lo que estaba sucediendo y salió a toda prisa en busca de su hermano para contarle el acontecimiento pero cuando regresaron todo estaba muy tranquilo como si nada hubiese pasado.

Muchos cuentan que la calavera aún sale en ese lugar por lo que las personas se abstienen de ir en épocas de cuaresma o en semana santa a darse baños a las orillas del rio Canalete.